RECOMENDACIONES PARA AFRONTAR LAS PRIMERAS MEDIACIONES EN EL P.M.I Todos aquellos profesionales que nos dedicamos al mundo de la mediación, somos capaces de comprender que las diferentes situaciones a las que nos enfrentamos son muy particulares y cada detalle marca la diferencia entre la consecución o no de un acuerdo que satisfaga a los mediados. Cuidar todos y cada uno de estos detalles no es tarea nada fácil. Sin embargo, cuando desarrollamos y ponemos en marcha nuestras habilidades y técnicas en nuestro propio contexto o zona de trabajo, nos resulta quizás algo más sencillo el poder controlar algunos de estos detalles de la mejor manera posible. Los mediados llegan a nuestros despachos o gabinetes en multitud de ocasiones porque previamente han concertado una cita, esto nos da tiempo para detenernos unos minutos, mirar a nuestro alrededor y comprobar que cada cosa está en su sitio, las sillas y sillones están distribuidos en torno a la mesa de la mejor forma posible, la luz es adecuada, tenemos agua, material preparado, la documentación necesaria, etc.,. Todo esto nos genera una mayor seguridad, a pesar de los posibles “nervios” de última hora por la emoción qué sentimos de comenzar una nueva mediación. No obstante, esa sensación de seguridad y confort, puede desaparecer cuando salimos de nuestro espacio de trabajo. Es el caso de muchas mediaciones que se llevan a cabo en un contexto judicial, es decir, cuando los futuros mediados son derivados por el juez que va a conocer de su asunto en el seno de un proceso judicial a los llamados “Puntos de Mediación Intrajudicial”. Muchos de mis compañeros y compañeras mediadores llevan bastante tiempo prestando sus servicios en el ya mencionado punto de mediación intrajudicial que existe en los juzgados de sus correspondientes ciudades y se mueven como pez en el agua. A pesar de ello, somos otros muchos a los que también se nos ha brindado la oportunidad de poder participar de este servicio al que acogemos con el máximo entusiasmo e ilusión y hemos llevado a cabo nuestras primeras mediaciones en este contexto tan peculiar y complejo. Al desarrollar nuestra labor como mediadores en estos servicios, entran en juego otros factores que escapan de nuestro control: horarios específicos para prestar el servicio, turnos con el resto de compañeros, el tránsito constante de gente, la localización de la sala en el laberinto del edificio donde se ubican los juzgados, si hay o no rotafolios, los problemas que nos puedan ocasionar el ordenador y la impresora o, incluso ambos, … Todos estos pequeños inconvenientes y muchos más, pueden resultar bastante incómodos. Aunque si bien el mejor remedio es tomarlo con calma y filosofía, recordar que somos profesionales, nos caracterizamos porque ayudamos a encontrar recursos a los mediados y no hay mejor recurso en este caso que ser precavido. Por este motivo, aquí os dejamos una serie de pequeñas recomendaciones que nos pueden venir muy bien a la hora de enfrentarnos a nuestras primeras mediaciones en el PMI. No olvidéis que la lista siempre está abierta a vuestras aportaciones y sugerencias: • Aunque es una obviedad, siempre hay que llevar varias copias de todos los documentos con los que trabajamos: trípticos de información, acta de sesión informativa o comunicado al juzgado del resultado de la sesión informativa, acta inicial y aceptación de la mediación, acta de finalización, cuestionario de satisfacción para el ciudadano, etc. • Igualmente, debemos de llevar folios, para evitar posibles sorpresas. Nos sirven como sustitutivo del rotafolios, a pesar de que no genera el mismo impacto, y siempre puede venirnos bien por si la impresora se quedó sin folios y no ha dado tiempo a reponerlos. • Como en la mayoría de los casos trabajamos en equipo, es decir, hacemos co-mediaciones, hablar primero con nuestros compañeros para distribuir los turnos de palabra e intervenciones. Es muy importante tener presente este punto por varios motivos: en primer lugar porque es muy probable que sea también la primera vez que trabajamos con ese compañero o compañera y no podemos estar “pisándonos” constantemente, tenemos que transmitir confianza y seguridad a los mediados, pero también profesionalidad; y, en segundo lugar porque hablar un ratito antes de comenzar a prestar el servicio sobre este aspecto ayuda a conocer un poco el modo de trabajar del otro compañero, genera un clima de confianza y “feeling” entre nosotros, esto ayudará a que prestemos el servicio de una forma más relajada y eficaz. • Si los mediados acuden con sus respectivos abogados debemos de hablar también con éstos. En multitud de ocasiones los letrados están formados en mediación o han tenido contacto con la misma, esto puede ayudar muy gratamente, puesto que incluso pueden llegar a animar a sus propios clientes a que acudan al servicio en busca de una solución hecha a su medida. Por el contrario, en el supuesto de aquellos abogados que aún no están formados en mediación o no tienen una idea clara de la misma, dedicar unos minutos a hablar con ellos contribuye a acercarles a esta herramienta y que no sientan desplazado su trabajo y su obligación de preservar los intereses de su cliente. De este modo podrán considerar este pequeño gesto como una muestra de respeto y su necesaria participación e intervención cuando tengan que dar forma jurídica al acuerdo logrado. • Exponer todos y cada uno de los principios y reglas que conforman la mediación, sobre todo el principio de confidencialidad; exponer con claridad la trascendencia legal que alcanzar un posible acuerdo puede conllevar. • Prestar detenida atención al lenguaje corporal de los mediados, puesto que en multitud de ocasiones nos dice más que el propio lenguaje verbal: la cara de descontento, rechazo, tristeza, nerviosismo, aceptación, agrado, satisfacción, etc. Es una gran indicador de cómo se está desarrollando la sesión. • Debemos de cuidar el tiempo de intervención de cada uno de los mediados, para que ambos dispongan del mismo tiempo para expresarse y sientan que son escuchados. En muchas ocasiones el tiempo pasa muy rápido y puede que alguno de los mediados consuma la mayor parte de la sesión, incluso centre la mayor parte del tiempo en su discurso, acuse al otro mediado, etc. Es muy importante que ambos mediados puedan expresarse y mostrar su parecer al respecto. • Estudiar detenidamente todos los aspectos concernientes sobre el asunto que ha traído a mediación a los mediados, de esta forma el acuerdo alcanzado es un acuerdo muy personalizado, donde se recogen todas aquellas cuestiones que el juez no va a entrar a desarrollar de forma detallada en la sentencia y que en el futuro puede ocasionar nuevos conflictos. No hacerlo puede conllevar nuevos problemas cuando los abogados de los mediados vayan a dar forma jurídica al acuerdo alcanzado, estas discrepancias pueden cobrar verdadera magnitud y hacer prácticamente imposible la viabilidad del acuerdo. • Si existe posibilidad de acuerdo, dejar a los mediados un plazo de tiempo que se considere oportuno para que reflexionen sobre el mismo, para que describan los posibles beneficios que van a obtener si cumplen los términos, pero sobre todo, no podemos olvidar la posible existencia de obstáculos que puedan dificultar su cumplimiento, los efectos y consecuencias derivados de ese incumplimiento, etc. Esta cuestión es muy seria, los mediados necesitan tiempo para reflexionar sobre el posible acuerdo, para que lo hablen con sus abogados y sientan la seguridad de que ese acuerdo va a ser beneficioso para ambos. De nada sirve si uno o ambos mediados sienten inseguridad ante el acuerdo de mediación, ya que puede generar un incumplimiento del mismo desde el principio. En esta situación esa inseguridad es más que habitual ya que los mediados pueden sentir presión por llegar a un acuerdo antes de que tenga lugar la celebración del juicio. • Redactar el acuerdo alcanzado de la forma más clara y comprensible, esto facilita que los abogados de las partes no tengan dudas a la hora de dar forma jurídica a ese acuerdo y no genere posibles inconvenientes. • En el caso de no alcanzar un acuerdo, felicitar a los mediados por haber dedicado parte de su tiempo a tratar de encontrar una solución por ellos mismos y a haber sido informados de esta herramienta de gestión y resolución de conflictos. • Repasar nuestra actuación o intervención, es decir, compartir con el compañero o compañera cómo se ha desarrollado la mediación, cómo hemos llevado a cabo nuestra intervención, todas aquellas cosas en que hemos estado acertados y aquellas que hay que corregir. El Feedback es una gran herramienta de aprendizaje que debemos de utilizar. • Por último y no por ello menos importante, comprobar que todos los documentos de la mediación están firmados por los mediados, constan los datos necesarios y está todo en orden. Algunos de estos documentos deben ser presentados en el Juzgado que derivó el asunto al servicio de mediación y serán tenidos en cuenta para elaborar las oportunas estadísticas. Como habéis podido apreciar, se trata de pequeños consejos que casi todos conocemos, pero siempre está bien recordarlos en alguna ocasión. Os deseamos que sigáis disfrutando de la maravillosa oportunidad de mediar en este servicio y que continuemos siempre en constante aprendizaje.

 

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